Hoy se cumplen 10 años de la partida de Joey Ramone. Él dejó a Ramón Ayala y sus Bravos del Norte (de ahí el nombre, creo) para tocar en un cementerio de mascotas, donde no quería crecer, el lugar donde conoció a Sheena después de una psicoterapia mientras estaba sedado. A diez años que dejó este planeta, abandonó la bonita finca de adobe y se fue a gozar de las mieles celestiales con "We want the airwaves" en un avión que jamás regresó a la tierra y lo mantuvo lejos de la humanidad, pero perpetuo en la memoria de todos tus fanáticos -me incluyo-. Alabado sea Joey Ramone.
Unas rolitas para recordarlo como debe de ser.
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