No hay futuro: yo tuve una novia de rancho que lo único que quería era que la sacara a pasear.

Yo tuve una novia de rancho, de un pueblo "kadafiano", cuyo aspecto es similar a Hiroshima cinco minutos después de la bomba atómica, en un lugar donde la gente tiene una apatía enorme y donde el único logro grandioso que han tenido ha sido que un chavo se fuera de ahí, se hiciera portero y, tiempo después, se convirtiera en guardameta del Toluca. Pero aclaro, eso lo logró largándose de ahí. Si hubiera seguido, él se hubiera podrido como una fruta en medio de tanta mosca.

Pero vuelvo a las anécdotas con mi novia de rancho, fueron turísticamente fabulosas. Eso es todo, no hubo más. Sólo me quería para sacarla a pasear, como Juan Osorio sacó a Niurka de Cuba pa'lo mismo.

El amor no existe. Ella nunca me amó. Sólo quería que fuéramos a la central camionera o prendiera el motor de mi vehículo para que la llevara a pasear. No hubo más.

Yo tuve una novia de rancho que lo único que quería no era amarme, sino que la sacara a pasear, como a los perros. Y ahora que el tiempo ha pasado y lo analizo, desde nuestro primer encuentro fue así. Creo que fue lo mejor pues, si no la hubiera sacado, se hubiera podrido como fruta, entre tanta mosca.

Recuerden que vivimos tiempos hipócritas. No hay futuro.