Urgente que El Semillas tenga su Twitter

Las redes sociales, plataforma de interacción donde la convivencia ya no requiere de una proximidad física. El olor a áxila del Sr. Antonio o el Tufo de Doña Ximena pasan a segundo término. Sus almas siguen presentes a través de la magia de los bits y ellos no tienen que soportar la fragancia que tus pies despliegan sobre ellos.

Vemos comerciales, vemos personas, vemos anuncios y la frases más populares en estos tiempos -creo- ya no son "Come frutas y verduras", "Aliméntate con leche", "Permiso SEGOB 666" o "Consulte a su médico". Ahora, la frase más utilizada es: "Síguenos en Twitter o Facebook".

Y no es de extrañarse que todos los estratos sociales tengan su face, otros menos Twitter o algunos todavía digan (léase con acento de Ponchito, comediante interpretado por Andrés Bustamante): "Es que, ira, tengo Tuister -quiso decir Twitter-, pero no le entiendo, ira". Y nunca le entenderán (ojalá me equivoque en este sentido).

Celebridades y entes del anonimato, desde Diana, la chica de 17 años que vende chicles en una gasolinería hasta Felipe Calderón, pasando por la notable intelectual de izquierda Dulce María y la benefactora del pensar social Anahí, avalada por el ojo crítico de Don Federico Arreola y el "juayderito" de López Dóriga, tienen Twitter o Face. Es más, una canción grupera de Vagón Chicano llamada "Como gelatina" ya incluye a las redes sociales como parte de una letra romántica. Esto es más que un hecho: las redes sociales ya forman parte de la vida social.

En el Estadio Morelos hay una celebridad que aún no forma parte de esta nueva especie de convivencia. Es un ente carismático, atractivo para las chicas y repartidor de antioxidantes en forma de pepitas para que la raza no envejezca, misma razón por la que expulsa, de su potente pecho, flemas convertidas en ondas sonoras que apoyan a un equipo de la primera división de México: Monarcas Morelia. ¿De quién habló? De "El Semillas", ¡claro!

¿Por qué El Semillas no tiene Twitter? Tendría más seguidores que Calderón o incluso que el propio Carlos Reinoso. Sería una excelente plataforma para que sepamos acerca de sus gustos, aficiones, vida personal y sobretodo -estoy seguro- que aportaría mejores reflexiones que Dulce María. Eso, definitivamente, me cae de madre. Urge su cuenta en Twitter.

Ojalá que este personaje no pase al olvido y genere su cuenta antes de que las nuevas generaciones se queden sin su huella o esencia que plasma en cada grito loco que se avienta en el estadio, disfrazado como una especie de hippie que recuerda nostálgicamente el festival de Woodstock durante el 2069. Alabado sea.

Además es la reencarnación de Platón y eso, eso muy poca gente lo sabe -según los paranormalistas tipo Extranormal... ok, no-. Fin.